LA DISFUNCIONALIDAD DE LA SALUD EN MÉXICO


Por DANTE ALAN CARREÓN SANDOVAL publicado 2020-09-04



De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “un estado de bienestar físico, psíquico y social, tanto del individuo, como de la colectividad”[1] es la definición de salud.
Según el Panorama de Salud anual de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) en México se destina un gasto promedio de 5.5 puntos del Producto Interno Bruto (PIB) muy por debajo de la media de los países miembros que es del 8.8%. Países de Latinoamérica como Colombia y Chile gastan 7.2% y 9.1% del PIB, respectivamente.
Así, analizando la situación actual de nuestro país tanto económicas, como sociales y de salud es evidente el mal manejo de la pandemia y pone en la mesa de discusión la crisis en el Sistema Nacional de Salud, considerando que el gobierno federal desapareció el Seguro Popular en el marco de la llegada del Coronavirus (SARS COV2) a México.
El acceso a la salud y el progreso de los correspondientes sistemas sanitarios asistenciales es una de las tareas fundamentales en términos políticos y económicos de los Estados democráticos contemporáneos y representa una de las claves del Estado de Bienestar.[2]
En México el sistema de salud está compuesto por el sector público y privado. Si trabajas en Pemex o en el Ejército, el servicio de salud que se te asigna es mucho mejor que el proporcionado por el ISSSTE. Así, como las perspectivas de un trabajador del sector privado afiliado al IMSS son ligeramente mejores que las de un servidor público. Lo complicado viene para quien no tiene un sistema de seguridad social.
La desaparición del Seguro Popular tras un proceso legislativo en el que no se permitió mover ni una coma de la minuta enviada al Congreso, y publicada en el Diario Oficial de la Federación el 29 de noviembre de 2019 trajo consigo la creación del Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI).
La reforma eliminó la atención médica preferente para grupos vulnerables a través de modificaciones a la Ley General de Salud. Estos cambios eliminaron a las familias y al núcleo familiar como sujetos de derechos de prestación de servicios de salud.
No hubo una transición entre el Seguro Popular y el nuevo INSABI, simplemente lo extinguieron ampliando la profunda crisis que enfrenta el sector salud, originando más desabasto de vacunas y medicamentos, insumos médicos, omisión de pagos a médicos residentes, entre otras.
De acuerdo con la encuesta intercensal del INEGI en 2015 detectó que la mitad de la población era derechohabiente del Seguro Popular, hoy INSABI donde no te puedes atender de cualquier enfermedad.
Ante este escenario y en medio de la pandemia por el SARS 2 – Covid 19, han abundado historias sobre las trampas burocráticas que pueden impedir un acceso de pacientes a salas de urgencia tanto en hospitales públicos como privados. Así que el principal problema al acceso de salud de los mexicanos es el de la cobertura, esta debe ser ampliada y el objetivo es alcanzar la universalidad.
La pandemia que hoy vivimos agrega la urgencia de una profunda reingeniería del Sistema Nacional de Salud en donde se ponga a la persona como el centro de la decisión de política pública. La salud debe tener un enfoque preventivo y combatir enfermedades crónicas que evidenciaron las deficiencias de la salud de los mexicanos.
La salud de los mexicanos debe cambiar su paradigma en un enfoque preventivo, combatir las enfermedades crónicas que sí son prevenibles como la obesidad y la diabetes, sí como la inversión en telemedicina.
 
CONCLUSIÓN
Pasando la crisis que hoy tenemos por la pandemia, en donde podemos observar la debilidad del sistema de salud, es necesario fortalecer el diseño de una política pública para garantizar la universalidad del servicio a todos los mexicanos.
Tomando en cuenta que el desempleo causado por la crisis económica se verá reflejado como millones de derechohabientes del IMSS se quedarán sin el servicio, y la demanda puede colapsar aún más los servicios del INSABI.
Por lo cual se debe trabajar en un acceso y cobertura universal a la salud que implique la atención para todas las personas sin discriminación alguna, teniendo servicios integrales, adecuados, oportunos, y de calidad.
[1] Alcántara Moreno, Gustavo. “La definición de salud de la Organización Mundial de la Salud y la interdisciplinariedad”. Universidad de los Andes. Revista Universitaria de Investigación, Año 9, número 1, junio 2008, p. 96.
[2] El derecho a la Salud como derecho fundamental. Capítulo Primero. Instituto de Investigaciones Jurídicas 2013, p. 2.

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Últimos artículos



EDITORIAL | TOMO 10

PorALEXANDRA DANIELA CID GONZÁLEZ publicado 2020-09-04 En

Recordar el mundo hasta antes de marzo de este año resulta extraño. De entonces a la fecha, las dudas remplazaron a las certezas y la creatividad se convirtió en una habilidad de supervivencia. La forma de relacionarnos con los demás, incluida nuestra propia familia cambió, nos adaptamos a demostrar afecto a través de la distancia, a trabajar en horarios y espacios compartidos, a encontrar nuevas formas de llevar sustento a casa.
 
México ha demostrado ser una sociedad resiliente. En medio de una de las épocas más dificiles en los últimos tiempos, que ha dejado a más de cincuenta mil familias de luto tan solo en los últimos meses, en una crisis que no solo es en materia de salud, sino económica y de seguridad, es posible ver ejemplos de personas trabajando por adaptarse al cambio y ayudar, en lo posible, a los demás.
 
Sin embargo, toda realidad tiene contrastes. Si bien el personal de salud, literalmente, está entregando la vida para luchar contra el virus que ha provocado la contingencia sanitaria, el sistema de salud tiene carencias no solo propias de vivir en una era de pandemia, sino que presenta carestías derivadas de políticas públicas sustentadas en un falso concepto de austeridad.  Silvano Vitar explica las premisas sobre las que se fundamentan las políticas de austeridad y por qué y cómo estas al final, matan.
 
Dante Carrerón por su parte analiza las consecuencias que ha traido la extinción del seguro popular y la creación del INSABI y cómo esto ha influido en la difícil situación del sistema de salud en México.
 
En el mismo sentido, Pablo López de la Fundación Nariz Roja narra las decisiones que se tomaron para que al día de hoy, niños y niñas con cáncer sigan sufriendo de la falta de medicamentos en el país. Cuenta también acerca del esfuerzo que están haciendo desde esta Asociación Civil para recaudar fondos y apoyar a los padres y madres de familia en su lucha por el abasto de medicinas para sus hijos e hijas.
 
Por su parte Cristina Guzmán nos aproxima a comprender la realidad que viven las niñas y los niños con hipoacusia, una condición en muchos sentidos invisible. Lo cual, lo hace desde una perspectiva personal al narrar el camino que ha vivido con su hija, y ahora con familias como la suya, que trabajan unidas para lograr mejores condiciones de vida y oportunidades para sus hijos.
 
Martha Navarro reflexiona sobre los cambios en nuestros tiempos y se centra especialmente en el impacto que estos han tenido en la infancia en México. Le habla a padres y madres, a maestras y maestros,  invintándoles a asumir una perspectiva de colaboración, orientada a la comprensión del otro, el cuidado y la búsqueda del bienestar común partiendo del autoconocimiento y la autoestima.
 
En otro orden de ideas, Alejandro Velázquez rememora cómo ha sido el camino hacia la ciudadanización de los organismos electorales, así como la importancia que tiene el defender su autonomía y por lo tanto, nuestra democracia.
 
Miguel Peñaflor por su parte analiza las redes sociales como medios de información alternativos y el papel que han tenido en el debilitamiento del monopolio de la información, en la transparencia y en las nuevas interacciones sociales.
 
En la sección Otras Latitudes, el Diputado argentino Álvaro Martínez identifica cómo en el transcurso de este tiempo, las instituciones democráticas en su país han sufrido distintos atropellos, producto de un enamoramiento de la cuarentena bajo la falsa dicotomía de salud o economía, la cual, nos dice, solo le es funcional a los gobernantes adictos al poder. Escenario que es posible identificar no solo en la Argentina.
 
Finalmente Camilo Arenas de Colombia, presenta un análisis de la forma en la cual están trabajando los Parlamentos Hispanoamericanos en tiempos de Covid, momento histórico que plantea nuevos desafíos en el uso de las tecnologías en las democracias modernas.
 
En este décimo tomo de Humanismo y Sociedad, buscamos presentar ejemplos sobre la aportación que se está haciendo desde la sociedad civil organizada a los grandes temas en el México de hoy, así como los cambios y embates que las instituciones democráticas están sufriendo en estos tiempos en América Latina.
 
Esperamos que todas estas reflexiones contribuyan a la tan necesaria discusión pública y permitan revalorar la aportación de la ciudadanía, así como identificar aquellos conceptos, políticas públicas, posturas y toma de decisiones que ponen en peligro las instituciones de nuestra vida democrática, para poder encontrar puntos de encuentro, hoy más necesarios que nunca.


MENSAJE DEL PRESIDENTE | TOMO 10

PorJUAN FRANCISCO AGUILAR publicado 2020-09-04 En

Al momento de escribir este mensaje, hay más de 55,000 muertes por Covid en México. Día con día se actualizan los datos oficiales en la conferencia del Subsecretario López Gatell, los Secretarios de Salud de los Estados rinden su propio informe y Google tiene un contador que actualiza la información de manera permanente. Invariablemente, los datos son diferentes.
 
Desde los gobiernos de los Estados se ha manifestado que las cifras presentadas no corresponden con las que ellos reportan, identificándose un desfase de hasta tres semanas y un sub registro de casos y fallecimientos en todo el territorio nacional.
 
La cantidad de contagios, de personas hospitalizadas -por lo tanto de camas disponibles- y de muertes se han convertido en un recuento automatizado, presente en el discurso diario de gobierno y en el de los medios de comunicación.
 
El 10 de agosto, cuando había 53,003 mexicanos muertos, el Presidente en su conferencia criticó el conteo de personas fallecidas que hacen los medios de comunicación, en el que se señala el lugar mundial que llevamos en el número de decesos, en el que se ubica a nuestro país en este tema, para al final, decir que esto es muy lamentable (el conteo, no las muertes) y explica lo que a su parecer es la razón de las críticas: “no les gusta el cambio”.
 
Esta frase resume la postura que el gobierno ha tomado al momento de asumir responsabilidades por el fracaso en la estrategia de salud frente al Covid, frente al desabasto de medicamentos para niños y niñas con cáncer, frente a los años más violentos en la historia del país, en suma, frente a todo.
 
Esa postura indolente, que no asume responsabilidades, que no muestra capacidad de escucha y de toma de decisiones para cambiar el rumbo frente al fracaso, se ha convertido en un signo característico de este gobierno.
 
Esta incapacidad para corregir es una negligencia que día a día cobra vidas.  Lo que manifiestan al minimizar el conteo en el número de personas contagiadas y fallecidas, es que ven números, no nombres. Se les olvida que cada uno de los números que tanto les molesta que se sigan incrementando es un mexicano o mexicana, que son miles de familias en duelo.
 
Desde aquí envío mis condolencias a las familias de todos y todas aquellas personas que ya no están por esta terrible tragedia que estamos viviendo. Sirva también como modesto homenaje a las y los panistas a quienes extrañaremos. A las mujeres y hombres del país que se han ido en un corto tiempo por esta enfermedad. Recordamos sus nombres, son irremplazables.

#50milFamiliasdeLuto
 
#LutoNacional