LA AUSTERIDAD MATA


Por SILVANO VITAR publicado 2020-09-04



El término austeridad nos hace pensar en mesura, en recorte de gastos innecesarios y como aquella medida que haría el dinero no se gastara en corrupción. Suele proponerse como aquella medida que garantizará destinar recursos públicos (dinero de los contribuyentes que el Estado administra) en áreas estratégicas para salir de una crisis.
Dicha medida se llevó a cabo en España, en la Rusia post-soviética, en el Reino Unido con Margaret Thatcher e inclusive en Asia Oriental mediante recomendaciones del Fondo de Mortalidad Infantil, pues dichas recomendaciones no hicieron sino aumentar dicha mortalidad. Como medida, la austeridad en cada uno de los países mencionados no hizo sino aumentar la recesión, el suicidio, la necesidad, la enfermedad, la ignorancia, a la miseria y la pereza (Stuckler, D., & Basu, S., 2013).
Considero que la verdadera razón por la que la austeridad mata es por una premisa fundamental de la cual se derivan sus consecuencias. Dicha premisa la proponen Stuckler, D., & Basu, S. (2013) y es el hecho de que los gobiernos austeros no reconocen que la verdadera riqueza de cualquier nación está en sus personas.
Digámoslo de otra manera, es harto dicho que México es un país rico por tener vastos ecosistemas, minerales, mares, posición geográfica, etc. Mas ello debería de una vez entrarnos en la cabeza que no consiste en riqueza, de hecho de nada sirve si gran parte de la población está enferma, vive en un estado de guerra con la presencia de la delincuencia organizada, no tiene vivienda digna, el acceso a la educación es precario y tan desigual que como dijese Manuel Gil Antón: “Se le da la mejor educación a quien menos la necesita y la peor a quien más lo necesita”.
Con esos males y más (el tráfico humano) no podemos sino observar una sociedad en donde la riqueza no se apuesta esté en sus miembros, sino en proyectos de explotación de recursos, atracción de turismo, conectividad y transporte. Mas dichas inversiones no hacen sino recalcarnos que para todos los gobiernos (sin importar el partido) que han dirigido a la nación Mexicana la riqueza no está en sus personas, y al no ser así cada vez la miseria, la recesión y la crisis no está sino condenada a aumentar.
El lector se estará preguntando cómo es que se estaría condenando a una mayor crisis si se está invirtiendo en ciertas áreas para tener más dinero después, y entonces, quizás, ahora si invertir en las personas. Si en ello consistiera la verdadera riqueza, quizás sería una apuesta acertada, mas veamos lo que se deriva de dichas apuestas austeras:
1.- Al disminuir los recursos en gastos público, es decir, en trabajos estatales para hacer más con menos. Se olvida que el gasto de alguien es el ingreso de alguien más, por lo que no se está ahorrando realmente, sino quitando una serie de ingresos que a la larga ya no repercutirán en impuestos y por lo que al siguiente ciclo económico se tendrán que fortalecer más las medidas austeras, habrán menos trabajos y por tanto de nuevos menos ingresos. Tenemos por tanto un ciclo que no hace sino hundir cada vez más la situación.
2.- El hecho que no se destine un porcentaje del PIB suficiente a salud, a lo que representaría el verdadero tamaño de su población y contribución ni se generen las plazas suficientes para trabajos en el sector salud. No hace sino generar un sistema de salud cada vez más saturado, insuficiente, y en donde la medicina preventiva es escasa o inexistente. Ello porque al tener que hacer cada vez más con menos (más atención con menos recursos a pesar de escasos incrementos que no representan el crecimiento poblacional) la población dejará de atenderse cuando empieza una enfermedad, cada vez será menos la que pueda acceder a chequeos generales y la gran mayoría asistirá sólo cuando la enfermedad sea algo ya crónico y que genera más gasto al sector salud. Como vemos, disminuir el gasto en salud o no aumentarlo conforme a su verdadera necesidad, es una medida de austeridad que condena a la sobresaturación, al aumento de enfermedades crónicas y a que cada vez se tenga que gastar más en salud. Además de que en nada beneficia una población económicamente activa que se encuentre enferma para la productividad.
3.- No tener un programa de vivienda digna es una medida austera que considera que cada persona debe hacerse responsable de sí misma. Con ello el acceso al agua potable, a limpieza personal y del espacio en que se encuentra, a un espacio digno de los miembros que cohabitan que de suyo daría un reconocimiento a la dignidad de todos los miembros es nulo. Es considerar que las personas son como bestias y que por tanto simplemente nacen, crecen, se reproducen, producen y mueren. Como la riqueza no está en las personas, no buscar la vivienda digna y la posibilidad de que cualquier persona pueda tener una familia, es una medida Malthusiana en donde lo que se debe buscar es la reducción de la población logrando que se instaure como ideología que ser pobre es sinónimo de no tener el derecho a reproducirse, colocando la responsabilidad en su situación de pobreza.
4.- El no mejorar la situación educativa condena a que un mayor porcentaje de la población quede en rezago, poniendo la responsabilidad en dichas personas y en su caso, de dicha manera, argumentar que no es necesario el aumento de lugares en la educación media y superior puesto que ni siquiera hay el requerimiento. Y el requerimiento disminuye puesto que, si no se tienen los elementos básicos para que cada niño pueda acceder a la educación primaria, muy difícilmente llegarán a un nivel universitario en donde supuestamente el acceso garantizaría una mayor igualdad de oportunidades. Mas la deserción académica en población indígena y femenina sigue siendo desalentadora y triste en nuestro país. Pensar que con materia prima y no con capital humano saldremos de la crisis y la pobreza es de nueva cuenta pensar que la riqueza no está en las personas.
La austeridad, como Stuckler, D., & Basu, S. (2013) proponen, mata. Es responsable de un mayor número de enfermos, de estrés y con ello de suicidio al aumentar la recesión, y es sobre todo una decisión. Es una decisión que podría no tomarse, y al ser una decisión, por tanto, se es responsable cuando se elige del costo humano que ocasiona. Ejemplos de países que salieron de la recesión y de la crisis optando por lo opuesto, es decir, por el gasto los hay. El Reino Unido de la posguerra, Islandia, Estados Unidos de Norteamérica y la Unión Soviética en ciertas épocas.
La austeridad es por tanto una ideología económica cuyo único resultado y tragedia “es el sufrimiento humano innecesario que ha causado” Stuckler, D., & Basu, S. (2013).
Stuckler, D., & Basu, S. (2013). Por qué la austeridad mata: el coste humano de las políticas de recorte.  Taurus.

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Últimos artículos



EDITORIAL | TOMO 10

PorALEXANDRA DANIELA CID GONZÁLEZ publicado 2020-09-04 En

Recordar el mundo hasta antes de marzo de este año resulta extraño. De entonces a la fecha, las dudas remplazaron a las certezas y la creatividad se convirtió en una habilidad de supervivencia. La forma de relacionarnos con los demás, incluida nuestra propia familia cambió, nos adaptamos a demostrar afecto a través de la distancia, a trabajar en horarios y espacios compartidos, a encontrar nuevas formas de llevar sustento a casa.
 
México ha demostrado ser una sociedad resiliente. En medio de una de las épocas más dificiles en los últimos tiempos, que ha dejado a más de cincuenta mil familias de luto tan solo en los últimos meses, en una crisis que no solo es en materia de salud, sino económica y de seguridad, es posible ver ejemplos de personas trabajando por adaptarse al cambio y ayudar, en lo posible, a los demás.
 
Sin embargo, toda realidad tiene contrastes. Si bien el personal de salud, literalmente, está entregando la vida para luchar contra el virus que ha provocado la contingencia sanitaria, el sistema de salud tiene carencias no solo propias de vivir en una era de pandemia, sino que presenta carestías derivadas de políticas públicas sustentadas en un falso concepto de austeridad.  Silvano Vitar explica las premisas sobre las que se fundamentan las políticas de austeridad y por qué y cómo estas al final, matan.
 
Dante Carrerón por su parte analiza las consecuencias que ha traido la extinción del seguro popular y la creación del INSABI y cómo esto ha influido en la difícil situación del sistema de salud en México.
 
En el mismo sentido, Pablo López de la Fundación Nariz Roja narra las decisiones que se tomaron para que al día de hoy, niños y niñas con cáncer sigan sufriendo de la falta de medicamentos en el país. Cuenta también acerca del esfuerzo que están haciendo desde esta Asociación Civil para recaudar fondos y apoyar a los padres y madres de familia en su lucha por el abasto de medicinas para sus hijos e hijas.
 
Por su parte Cristina Guzmán nos aproxima a comprender la realidad que viven las niñas y los niños con hipoacusia, una condición en muchos sentidos invisible. Lo cual, lo hace desde una perspectiva personal al narrar el camino que ha vivido con su hija, y ahora con familias como la suya, que trabajan unidas para lograr mejores condiciones de vida y oportunidades para sus hijos.
 
Martha Navarro reflexiona sobre los cambios en nuestros tiempos y se centra especialmente en el impacto que estos han tenido en la infancia en México. Le habla a padres y madres, a maestras y maestros,  invintándoles a asumir una perspectiva de colaboración, orientada a la comprensión del otro, el cuidado y la búsqueda del bienestar común partiendo del autoconocimiento y la autoestima.
 
En otro orden de ideas, Alejandro Velázquez rememora cómo ha sido el camino hacia la ciudadanización de los organismos electorales, así como la importancia que tiene el defender su autonomía y por lo tanto, nuestra democracia.
 
Miguel Peñaflor por su parte analiza las redes sociales como medios de información alternativos y el papel que han tenido en el debilitamiento del monopolio de la información, en la transparencia y en las nuevas interacciones sociales.
 
En la sección Otras Latitudes, el Diputado argentino Álvaro Martínez identifica cómo en el transcurso de este tiempo, las instituciones democráticas en su país han sufrido distintos atropellos, producto de un enamoramiento de la cuarentena bajo la falsa dicotomía de salud o economía, la cual, nos dice, solo le es funcional a los gobernantes adictos al poder. Escenario que es posible identificar no solo en la Argentina.
 
Finalmente Camilo Arenas de Colombia, presenta un análisis de la forma en la cual están trabajando los Parlamentos Hispanoamericanos en tiempos de Covid, momento histórico que plantea nuevos desafíos en el uso de las tecnologías en las democracias modernas.
 
En este décimo tomo de Humanismo y Sociedad, buscamos presentar ejemplos sobre la aportación que se está haciendo desde la sociedad civil organizada a los grandes temas en el México de hoy, así como los cambios y embates que las instituciones democráticas están sufriendo en estos tiempos en América Latina.
 
Esperamos que todas estas reflexiones contribuyan a la tan necesaria discusión pública y permitan revalorar la aportación de la ciudadanía, así como identificar aquellos conceptos, políticas públicas, posturas y toma de decisiones que ponen en peligro las instituciones de nuestra vida democrática, para poder encontrar puntos de encuentro, hoy más necesarios que nunca.


MENSAJE DEL PRESIDENTE | TOMO 10

PorJUAN FRANCISCO AGUILAR publicado 2020-09-04 En

Al momento de escribir este mensaje, hay más de 55,000 muertes por Covid en México. Día con día se actualizan los datos oficiales en la conferencia del Subsecretario López Gatell, los Secretarios de Salud de los Estados rinden su propio informe y Google tiene un contador que actualiza la información de manera permanente. Invariablemente, los datos son diferentes.
 
Desde los gobiernos de los Estados se ha manifestado que las cifras presentadas no corresponden con las que ellos reportan, identificándose un desfase de hasta tres semanas y un sub registro de casos y fallecimientos en todo el territorio nacional.
 
La cantidad de contagios, de personas hospitalizadas -por lo tanto de camas disponibles- y de muertes se han convertido en un recuento automatizado, presente en el discurso diario de gobierno y en el de los medios de comunicación.
 
El 10 de agosto, cuando había 53,003 mexicanos muertos, el Presidente en su conferencia criticó el conteo de personas fallecidas que hacen los medios de comunicación, en el que se señala el lugar mundial que llevamos en el número de decesos, en el que se ubica a nuestro país en este tema, para al final, decir que esto es muy lamentable (el conteo, no las muertes) y explica lo que a su parecer es la razón de las críticas: “no les gusta el cambio”.
 
Esta frase resume la postura que el gobierno ha tomado al momento de asumir responsabilidades por el fracaso en la estrategia de salud frente al Covid, frente al desabasto de medicamentos para niños y niñas con cáncer, frente a los años más violentos en la historia del país, en suma, frente a todo.
 
Esa postura indolente, que no asume responsabilidades, que no muestra capacidad de escucha y de toma de decisiones para cambiar el rumbo frente al fracaso, se ha convertido en un signo característico de este gobierno.
 
Esta incapacidad para corregir es una negligencia que día a día cobra vidas.  Lo que manifiestan al minimizar el conteo en el número de personas contagiadas y fallecidas, es que ven números, no nombres. Se les olvida que cada uno de los números que tanto les molesta que se sigan incrementando es un mexicano o mexicana, que son miles de familias en duelo.
 
Desde aquí envío mis condolencias a las familias de todos y todas aquellas personas que ya no están por esta terrible tragedia que estamos viviendo. Sirva también como modesto homenaje a las y los panistas a quienes extrañaremos. A las mujeres y hombres del país que se han ido en un corto tiempo por esta enfermedad. Recordamos sus nombres, son irremplazables.

#50milFamiliasdeLuto
 
#LutoNacional